Daniel Paucar’s review published on Letterboxd:
“You shall die, you may see. The beauty and the horror”.
La Biblia se inspiró en Duna, no tengo pruebas pero tampoco dudas.
Vengo saliendo del cine con mi mente intentando procesar mil ideas de lo que fue Dune II pero también las proporciones épicas que puede llegar a tener esta saga para el cine contemporáneo y el cine blockbuster en general.
Ya la primera parte me había encantado por el ritmo pausado pero meticuloso que tuvo para introducir el complejo mundo de Duna y su amplio abanico de conceptos y personajes. Con esta segunda parte, y con mis expectativas por los cielos me pude encontrar con una propuesta más suelta al narrar varios episodios del ascenso del antihéroe de la saga.
La primera parte de la cinta fue quizás lo que menos me terminó de fascinar, a nivel visual sigue siendo imponente por sobretodo por la soltura que tiene Denis en el uso de la iluminación natural para darnos fotogramas memorables, pero me dio la impresión que en lo narrativo se hace un tanto prolongado el como se muestra el proceso de integración de Paul con los Fremen y sus costumbres.
Ese desequilibrio de tiempos que se toman para narrar los eventos más trascendentes se hizo más notorio al final, ya que la película empieza a correr para contar todo el cambio de perspectiva que tuvo el prota con su “renacer”.
Por otro lado, no me termino de convencer en lo que trasformaron a uno de los personajes más intrigantes de la primera parte, Stilgar básicamente se vuelve el desfogue cómico de la saga.
A pesar de lo precipitado que resulta ser su último tramo no podría negar lo épicas que resultaron las secuencias de acción y las revelaciones que se van dando, haciendo que esta película sea de necesaria proyección en cines IMAX.
De todas las imponentes secuencias que tiene esta continuación aún no me puedo sacar de la cabeza la belleza estética que tiene la secuencia del coliseo del planeta Harkonnen al rodarse con un impecable espectro infrarrojo. Esas escenas y la construcción del intimidante villano Feyd-Rautha me dejaron más que maravillado.
Si la primera parte tenía una trama más centrada en simbolizar el proceso histórico de colonización con un trasfondo ambientalista, en esta segunda parte se opta por ir por la exploración sociológica de la fe y la religión, como causante de movilizaciones y alianzas entre comunidades y hasta fatales conflictos bélicos.
En síntesis, la saga de Duna de Denis Villeneuve se perfila a ser un referente cultural de la ciencia ficción que probablemente trascenderá a muchas generaciones, la sola idea que recién en tres años se estrenará su continuación se me hace una espera eterna pero algo me dice que valdrá la pena aguardar.
Puntaje personal (9.4/10)